El 'homo' de las cavernas.

Un grupo de arqueólogos ha descubierto un esqueleto en la República Checa, que podría suponer la prueba de homosexualidad más antigua de la historia.

El cadáver, que fue hallado en unas excavaciones cerca de Praga, pertenece a un hombre de la Edad de Piedra, que se calcula que habría vivido entre el año 2900 y el 2500 a.C, y por la forma en la que fue enterrado los científicos opinan que pertenece al homosexual más antiguo hasta ahora conocido.

La explicación se encuentra en la postura en la que fue colocado dentro de la tumba, ya que en aquel periodo de la historia a los hombres se les enterraba de lado, en posición fetal, apoyados sobre su lado derecho y con la cabeza apuntando hacia el Oeste, según informa el Daily Mail.

Por el contrario, a las mujeres se las colocaba en la misma postura, pero con el cuerpo descansando sobre el lado izquierdo del cuerpo y la cabeza mirando al Este, que es justo como se ha encontrado este esqueleto masculino.

Otra de las claves se refiere a los objetos con los que se acompañaban los restos para su paso a la otra vida: armas y herramientas, en el caso de los varones; mientras que las féminas eran sepultadas con ollas, jarras, collares, pendientes y otros utensilios domésticos.

En el caso de este presunto primer gay de la historia, sus contemporáneos decidieron enterrarle con vasijas y sin armas, lo que hace pensar que su cuerpo y su identidad sexual no coincidían.

Además los científicos e historiadores descartan que se tratase de una broma o de un error, ya que en aquella época se tomaban muy en serio los ritos funerarios, y apuestan porque “tuviese una orientación sexual diferente, ya sea homosexual o travestido”.