“Ver el mundo en blanco y negro nos aleja de la moderación y de la paz interior porque la vida, por donde se mira, está compuesta de matices.

Querer imponer al universo nuestra primitiva mentalidad binaria no deja de ser un acto de arrogancia y estupidez.”

Walter Riso.

sábado, 13 de abril de 2013

Paradojas del primer matrimonio legal entre dos hombres en Chile.


Mientras Uruguay Francia aprueban el matrimonio igualitario y en Oberá, Misiones, dos delincuentes son contratados por el intendente Ewaldo Rindfleisch para dar un curso de capacitación en homofobia a los docentes municipales —para enseñarles cómo deben discriminar y torturar psicológicamente a los niños desde el jardín de infantes; todo pago por el Estado—, el Registro Civil de Chile confirmó que el 4 de julio, a las 10:30, se realizará el primer matrimonio legal entre dos hombres en la ciudad de Santiago.
Como hicieron Alex y José a fines de 2009 en Ushuaia, Argentina, Lukas Berredo y Elías Jiménez serán los primeros chilenos a dar el sí ante la ley de su país.
En Chile no hay, todavía, matrimonio igualitario, y el presidente Sebastián Piñera, que había prometido en su campaña una ley segregacionista que reconocería algunos derechos a las perejas del mismo sexo, sin reconocerles el derecho a casarse, hasta ahora no ha cumplido ni siquiera eso. De hecho, hace pocos días, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos declaró admisible una demanda del Movilh contra el Estado chileno por violar el derecho humano de gays y lesbianas a casarse, que podría dar lugar a un fallo histórico con consecuencias legales para todo el continente.
Pero el matrimonio de Lukas y Elías es absolutamente legal.
Paradojas de la discriminación…
Lukas, inmigrante brasileño, es transexual. Al nacer, fue registrado como mujer y, aunque se sometió a cirugías y tratamientos hormonales para adecuar su cuerpo y su apariencia a su identidad de género, el Estado chileno no lo reconoce como hombre, pese a que en ese país, las operaciones de reasignación sexual son legales y financiadas por el sistema de salud. La justicia le permitió cambiarse de nombre y en su cédula de identidad dice que se llama Lukas, pero también dice: “sexo: femenino”. Los cambios de nombre y sexo en la documentación deben judicializarse, porque Chile no tiene ley de identidad de género.
Y hay más.
Elías es gay, pero Lukas no es su pareja. Ambos son activistas del MUMS, una organización de derechos civiles, y son amigos. Lukas es heterosexual y su novia es una mujer, pero no podría casarse con ella porque, para el Registro Civil chileno, él también lo es. Y el matrimonio entre dos mujeres no es legal.
Entonces, para mostrar lo absurda que es la ley, fue al Registro Civil a pedir turno para casarse con otro hombre. Y tuvieron que dárselo. Lukas se burló, así, de los prejuicios que le impiden casarse con una mujer pero, por no reconocerlo como varón, le permiten casarse con otro. Si lo reconocieran legalmente como varón —y si Elías fuera su pareja de verdad— no lo dejarían. Parece ridículo, pero es la ley.
Al principio, no querían darle el turno, porque, al verlos, no quedaban dudas de que eran dos hombres. Y dos hombres, según la ley chilena, no se pueden casar. “Es un absurdo que yo, siendo un hombre heterosexual, no puedo casarme con mi pareja mujer debido a que mis documentos me señalan como del sexo femenino. Y tampoco podría casarme con un hombre porque mi identidad de género es masculina. O sea, si deseara casarme, no podría hacerlo con nadie. Eso explicita la inconsecuencia del sistema judicial chileno”, le dijo a la prensa cuando le dijeron que no.
El desafío de Lukas era claro: o me reconocen como varón y me dejan casarme con mi mujer, o me tratan como mujer y me dejan casarme con un varón — ustedes deciden.
Al final, el Registro Civil le exigió, como condición para casarse con Elías, que probara que, legalmente, el Estado chileno lo consideraba mujer. Y, mal que le pese, pudo probarlo, así que no les quedó otra que decirle que sí.
“Ahora todo el mundo cree que soy gay, y no me molesta, no es un insulto, no me ofende, pero a mí me gustan las mujeres”, le dijo Lukas al sitio The Clinic Online.
¿No es genial?


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